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domingo, 1 de julio de 2012

Caósmosis

Sitio web donde se podía ver, a la entrada, una definición tan contundente como:

Abrevadero teórico para la construcción de máquinas de guerra contra cualquier subjetividad absolutista.

Intento acceder en julio de 2012 y me encuentro con que no existe, y en el blog que lo sustituye (http://filosofiacontemporanea.wordpress.com/2007/11/18/caosmosis/), una nota que dice:

ACTUALIZACION:
26 de Abril 2011: El sitio Caosmosis, muy buscado por algunos de nuestros lectores, parece no existir mas. Es el problema de la web en general, y de los sitios que actuan como bibliotecas publicas, en particular.

Cosas de la informática.

sábado, 9 de junio de 2012

Nós




Nós
Tono Arias. Ed. Diversa 





Tono Arias, fotógrafo (www.tonoarias.com) ha recogido a su gente y sus objetos en un delicado tomo de fotografías en blanco y negro editadas en bitono, con lo que logra una calidad de grises altamente apreciable. Se puede conseguir a través de su página web.





Le acompaña un texto no menor de Antón Lopo. Está en gallego, por lo que nos permitimos traducirlo para disfrute del castellano parlante. Toma la foto de la sierra como referencia, se titula "Tono Arias y las flores dentadas" y dice así:


     No sabemos si el saqueo ya tuvo lugar y estas imágenes son su retrato, aunque también pueden ser las imágenes previas al saqueo y representar el último documento de una integridad, material o memorial. Tampoco sabemos con certeza si Tono Arias retrata un espacio, un tiempo o a unas personas, pero llegar a discernir el objeto principal de este trabajo —si hubiese algún objeto principal— parece irrelevante a la vista de este paisaje implacable en blanco y negro, probablemente el único paisaje cromático irreal que podamos imaginar sin temor a equivocarnos. Si nos fijamos en el espacio —en su dimensión, en la luz...— perdemos de vista el tiempo —contradictorio: repleto de polvo y limpio— y al contemplar ambos en conjunto se nos escapa la naturaleza de los personajes: la del mismo fotógrafo, con esa sierra de tumbar robles combada en sus manos, como el arco de flores de las danzas tradicionales: un arco de flores dentadas.

     Tal vez conviene observar uno a uno los elementos: las cajas con las tijeras y el paquete de Fortuna arrugado, las botas de goma del fantasma familiar, la mujer sentada en la cama de somier cedido, la hoja de afeitar... Observar sin que nuestra curiosidad o la pericia del fotógrafo nos hagan emitir juicios precipitados. Luego, quizá, conviene cerrar el libro —cerrar los ojos— y dejar que la oscuridad —nuestra propia oscuridad— nos aclare los acontecimientos de ese ámbito del saqueo, sea perpetrado, inminente. O sea continuo: encadenado.

     A diferencia de otros creadores que, mediante la fotografía, se ocuparon del saqueo en nuestra sociedad —remarcadamente, Emilio Araúxo y sus violentos testimonios de la extinción rural—, Tono Arias muestra físicamente a las personas —las coloca en el centro del paisaje— y desarrolla los sucesos cruciales en una vertiente invisible, en un intersticio entre el pasado y el futuro. El resultado es inquietante porque, entre otras razones, el fotógrafo concibe un presente en apariencia universal, simultáneo y el presente, sin embargo, pronto se nos revela dual: descubrimos, no sin un estremecimiento, que los personajes contemplan el saqueo desde las posiciones que les otorga su visión del futuro, concebido en algunos casos como un futuro de existencia débil. Con una dramática sutil, Tono Arias evidencia que nuestra perspectiva sobre el pasado, y sobre nuestra posición en el presente, vienen determinadas por la intensidad del futuro. Es esa intensidad de futuro —o su debilidad— lo que nos permite interpretar el pasado con mirada cómplice o con una consecuente nostalgia.

     El saqueo puede dejar el espacio sólido y los objetos íntegros, pero su propósito último es destruir nuestra representación en el futuro, expulsarnos de él: que seamos incapaces de concebir una sobrevivencia. El poder del trabajo implacable de Tono Arias reside ahí: en situarnos en la vertiente, en desenmascarar el presente y mostrarnos sus flores dentadas.

Antón Lopo

domingo, 15 de abril de 2012

Viejos papeles de Villavieja




"Viejos papeles de Villavieja-Cornatelo" recoge, entre otros el documento del "Auto de hidalguía" de 1475 por el que los Reyes Católicos le concedían la condición de hidalgo a un vecino de la zona. Son 16 páginas de las que que quedan aquí reproducidas las dos primeras. Si estás interesad@ en las demás o en el .pdf de la publicación completa, ponte en contacto con los autores en info@casa-cornatelia.com.


jueves, 26 de enero de 2012

Sin Ítaca







Sin Ítaca
Juan Ramón Capella


Editoral Trotta. 324 págs. 22 €.

Magnífico texto preñado de grandes momentos ideológicos, históricos y poéticos alrededor de los años 1960-1975, como la confidencia del abad de Montserrat cuando visita a Pablo VI (dato que difícilmente alguien más pueda contar, pues prácticamente está sujeta al secreto de confesión), desde la óptica de un militante comunista, lo que permite descubrir también entresijos jugosos del franquismo.

Queda el gusanillo de un análisis igual de lúcido sobre los siguientes 15 años, desde 1975 a 1990, para explicarnos la cultura del pelotazo y el posterior inflado de la burbuja inmobiliaria.

Todo un acierto el título, aunque no contradice la idea de partida de Kavafis cuando compone el viaje a Ítaca: "cuando te cuadre hacer un viaje a Ítaca, reza para que el camino sea largo, repleto de aventuras y de aprendizaje". Es decir, como si Ítaca no estuviese en Ítaca, como si se alejase a medida que te le acercas, como si estuviésemos Sin Ítaca.

Un acierto, y un lujo, y un gusto leer algo tan fresco.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Eros y Psique







Eros y Psique
Apuleyo


Colección Ars Brevis. Editoral Atalanta. 133 págs. 16 €.

Este relato de Eros y Psique (o Amor y Mente si queremos traducir a lenguaje coloquial actual) forma parte de un libro escrito por Apuleyo en el siglo II, "Las Metamorfosis" (que San Agustín titularía "El asno de oro"), y es la única versión completa conservada del mito greco-romano.

Como todo relato clásico (por algo llegan a ser clásicos) conserva una potente carga simbólica que permite vislumbrar múltiples conexiones: desde el germen del cuento de Cenicienta con la imagen de las dos hermanas envidiosas de Psique, o el más evidente fundamento de Romeo y Julieta, o también de la Bella y la Bestia.


En el interesante epílogo de Antonio Betancor, podemos hacer un seguimiento histórico pormenorizado de dicho mito. Y nos recuerda, por ejemplo, las diferencias con el mismo mito explicado por Platón en "El Banquete":

En El Banquete Platón nos presenta a un Sócrates que, tras una abrumadora confesión de ignorancia en prácticamente todo, se pronuncia acerca de lo único que dice entender: los misterios del amor y del deseo (ta erotika). Diótima, una sacerdotisa, le ha revelado la importancia de Eros, un poderoso daimon que antecede a la razón dictándole secretamente un curso y un objetivo que ella, por sí misma, no puede alcanzar: recuperar el mundo perdido.


Además en el extenso prólogo se da cuenta de las muchas lecturas que el mito ha despertado a lo largo de la historia, como las corrientes jungianas. Para Marie Louise von Franz este cuento ilustra el encuentro del autor con lo divino, el momento decisivo de toda iniciación religiosa. Para Franz, Psique y Eros son dáimones, intermediarios entre lo humano y lo sobrehumano. Una afirmación estimulante que anima la creciente confusión entre la consulta del terapeuta y el consultorio del adivino.


sábado, 13 de noviembre de 2010

El terremoto de Chile




El terremoto de Chile
Heinrich von Kleist

Colección Ars Brevis. Editoral Atalanta. 172 págs. 18 €.



La lectura de la "Crítica de la razón pura" de Kant fue una revelación para Heinrich von Kleist. Al saber que nunca accedería a la verdad absoluta por medio de la razón teórica, abjuró de cualquier idealismo trascendente para centrarse en el sentimiento y las fuerzas libres del inconsciente como núcleo esencial de la vida humana.


Romántico y suicida, Heinrich von Kleist está en la línea romántica de pensamiento que asume que la conciencia y la razón vienen a atenuar o destruir la belleza, de forma que se abandonan a la pura expresión del sentimiento.


En el relato "Sobre el teatro de marionetas", podemos leer:

pág. 134

De suerte que la gracia aparece al mismo tiempo y con la máxima pureza en aquella figura humana que o bien carece totalmente de conciencia, o bien tiene una conciencia infinita, es decir, en la marioneta o en el dios.

Este pequeño pero intenso volúmen recoge:
-La descripción pormenorizada, a modo de prólogo, del suicidio del autor y su amiga.

-El relato "El terremoto de Chile"
-El relato "La marquesa de O..."
-El relato "La mendiga de Locarno"

-El relato "Sobre el teatro de marionetas"

-Anécdotas, textos breves de Kleist inéditos hasta ahora en castellano.

-Cronología de la vida del autor.

La primera de las "Anécdotas", dice así:
pág. 137
El trabajador Brietz, fulminado en el paseo nuevo, dijo al capitán von Bürger, del antiguo regimiento de Tauentzien, que el árbol bajo el que ambos se encontraban resultaba sin duda demasiado pequeño para dos, y que podría resguardarse muy bien debajo de otro. El capitán Bürger, hombre tranquilo y modesto, se situó efectivamente bajo otro árbol, momento en que el mencionado Brietz fue alcanzado y muerto al instante por un rayo.


"El terremoto de Chile" es un encendido relato de la infortunia de dos amantes separados por la justicia, unidos por un destructivo terremoto y destrozados por la intolerancia popular.


"La marquesa de O..." es la base del relato cinematográfico de Éric Rohmer (1976). "La mendiga de Locarno" un oscuro texto reconvención moralista. Y "Sobre el teatro de marionetas" es el cuento donde desarrolla la teoría contradictoria del necesario desconocimiento consciente para que se dé el hecho estético, la "gracia" que le llama.


Resulta impactante la reproducción de las cartas que enviaron dos días antes de suicidarse a familiares y amigos.

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Qué es la vida'





¿Qué es la vida?
Erwin Schrödinger.
Colección Metatemas. Editorial Tusquets. 142 págs. 12 €



"¿Qué es la vida?" del premio Nobel de Física Erwin Schrödinger es un clásico de la divulgación científica. Escrito en 1943, se plantea desde la Física saber si la Química y su saber biológico podrá ser desentrañado con los parámetros y la seguridad de la Física.


página 19, en el párrafo "Física estadística. La diferencia fundamental en estructura":


La parte más esencial de una célula viva —la fibra cromosómica— puede muy bien ser denominada un cristal aperiódico. En Física, sólo hemos tratado hasta ahora con cristales periódicos. Para la mente de un humilde físico, estos últimos son objetos muy complicados e interesantes; constituyen una de las más complejas y fascinantes estructuras materiales que confunden su comprensión de la naturaleza. Ahora bien, comparados con un cristal aperiódico, resultan bastante sencillos y aburridos. La diferencia entre ambas estructuras viene a ser como la que encontramos entre un papel pintado en la pared, en el que el mismo dibujo se repite una y otra vez en períodos regulares, y una obra maestra del bordado, por ejemplo, un tapiz de Rafael, que no presenta una repetición tediosa, sino un diseño elaborado, coherente y lleno de sentido, trazado por el gran maestro.


página 21, en el párrafo "¿Por qué son tan pequeños los átomos?":


Supongamos que pudiéramos marcar las moléculas de un vaso de agua; vertamos entonces el contenido del vaso en el océano y agitemos de forma que las moléculas marcadas se distribuyan uniformemente por los siete mares; si después llenamos un vaso de agua en cualquier parte del océano, encontraremos en él alrededor de un centenar de moléculas marcadas. (Naturalmente no encontraríamos exactamente cien (aún cuando éste fuera el resultado exacto del cálculo). Podríamos encontrar 88 ó 95 ó 107 ó 112, pero muy difícilmente tan pocas como 50 o tantas como 150).


página 119:

La estructura de la materia viva no puede reducirse a las leyes ordinarias de la Física. Su constitución es diferente de todo lo que hasta ahora se ha venido experimentando en un laboratorio de física. Un ingeniero familiarizado sólo con máquinas de vapor, después de examinar la constitución de un motor eléctrico, estará dispuesto a decidir que éste funciona de acuerdo con principios que todavía no entiende. Hallará el cobre, que le es familiar como componente de las calderas, utilizado aquí en forma de larguísimos hilos arrollados en bobinas; el hierro, igualmente familiar por las bielas, barras y pistones, lo encontrará aquí rellenando el interior de aquellas bobinas de hilo de cobre. Estará convencido de que se trata del mismo cobre y del mismo hierro, sujetos a las mismas leyes de la Naturaleza, y está en lo cierto. Pero la diferencia en la constitución es suficiente para advertirle de que se trata de un funcionamiento muy diferente. Por el hecho de que se ponga a girar conectando un conmutador, sin tener caldera ni vapor, no supondrá que un motor eléctrico está impelido por un fantasma.


Sobre la pregunta que se hace al principio acerca de si la Física podrá llegar a explicar los fenómenos de la Química, concluye que sí, aunque se harán necesarias ciertas adaptaciones del pensamiento.



página 134, en el Epílogo "Sobre el determinismo y el libre albedrío":


A partir de las primeras grandes Upanisad, la identificación ATHMAN = BRAHMAN (el yo personal equivale al eterno Yo omnipresente que lo abarca todo), lejos de constituir una blasfemia, era considerada en el pensamiento hindú como representación de la quintaesencia de la más honda penetración en los acontecimientos del mundo